Ante todo, el
profesor explicó qué es un texto subjetivo y qué es un texto objetivo. Después,
puso un vídeo con duración de unos tres minutos titulado No Seas Estrella,
publicado en las Redes Unicef, cuyo enlace es el siguiente: http://www.youtube.com/watch?v=VnXwl2BKYaY. El vídeo consiste
en una entrevista a unos niños y niñas en la que les hacían una serie de
preguntas sobre sus intimidades que ellos mismos habían publicado en las redes
sociales como WhatsApp, Facebook, Twitter, entre otras. A los entrevistados les
sorprendieron por la cantidad de sus informaciones personales que dominaba la
periodista.
Al visualizar el
vídeo, el profesor pidió al alumnado que, a partir del vídeo, escribiese dos
textos individualmente, de los cuales uno subjetivo en que expresa su opinión,
postura o sentimiento y otro objetivo, en el que describe la situación. Para
ello, el profesor dio unas pautas al respecto: los alumnos tendrían que hacer
una lista de ideas, organizarlas y redactar los textos. El docente dejó 20 minutos
para la elaboración de los textos. Después, invitó a voluntarios a leer sus
textos escritos y el resto de clase lo comentaría.
En las primeras
fases, los alumnos no presentaron dificultades. Sin embargo, cuando el docente
preguntó si alguien quería leer sus textos, nadie levantó la mano. Por lo
tanto, el profesor eligió algunos alumnos y alumnas a leer lo suyo. De los
textos leídos se presentaron algunos problemas. Por ejemplo, algunos textos
objetivos se describía la escena de la entrevista del vídeo visualizado,
mientras que lo que quería el profesor era presentar la situación de publicar
informaciones personales en las redes sociales. La razón de estos problemas
podría ser que estos alumnos no habían entendido lo que quería el profesor.
Algunos alumnos en sus textos subjetivos pusieron expresiones como “hay que
tener mucho cuidado…”, “es importante saber …”, o “se difunde rápidamente”. Lo
cual debe a que no distinguían entre estas expresiones y aquéllas como “opino
que”, “creo que”, “me parece que”. Al leer unos textos, el profesor tuvo que
poner unas oraciones como ejemplo para que el alumnado distinguiese cuáles eran
objetivas y cuáles eran subjetivas.
Opino que
aproximadamente la mitad del grupo ha alcanzado los objetivos de aprendizaje
propuestos, porque sus dos textos estaban claramente diferenciados con las
características destacadas de cada tipo de texto. Se nota que estos alumnos
comprendían y distinguían lo que eran textos subjetivos y objetivos. Porque, en
sus textos subjetivos, usaban palabras como “creo que…”, “me parece muy mal…”,
“aconsejo a los niños que tengan cuidado…”, y expresiones como “hay que
solucionar…”, “se publican muchas intimidades…” en sus textos objetivos.
Si fuera yo el
docente, añadiría unas actividades en la fase de la explicación de la
subjetividad y la objetividad antes de la visualización y otras después. Lo que
hizo él después de la lectura poniendo ejemplos para la distinción de la
subjetividad y objetividad, lo haría antes de la visualización del vídeo, en la
fase de la explicación. Me parece que esta fase se hizo demasiado teórico y
abstracto, lo cual condujo la confusión de algunos alumnos. Además, podría
otras actividades justo después de ver el vídeo. Por ejemplo, haría unas
preguntas relacionadas con el vídeo para que los alumnos respondan con
oraciones objetivas y subjetivas para comprobar si los alumnos tienen los
conceptos claros o no. El motivo de la modificación es porque de esta manera se
podría solucionar las dudas antes de que empiecen la expresión escrita. Para el
alumnado aún con dudas, podría explicárselo con más detalles; para los que ya
tienen claro, podría invitarles que expliquen a los con dudas, así también
practican la expresión oral. En la fase de hacer preguntas sobre el vídeo,
aumentaría la dificultad de las preguntas para que sigan avanzando su
comprensión y que consoliden su aprendizaje.
En esta situación,
el profesor usó la pizarra digital para poner ejemplos de las oraciones
subjetivas y objetivas, en la que puso marcas de varios grosores y colores,
características propias de la pizarra digital. Opino que no es necesario su
uso, porque con la pizarra de tiza se explica igualmente. Pero el uso del
Internet en este caso sí que es muy necesario, porque si no, no habría podido
encontrar el vídeo. El uso de las TIC en el primer caso facilitó la
comunicación entre el docente y el alumnado; en el segundo caso, las TIC
ofrecieron los posibles recursos para la elección del uso del profesor en
clase.
Utilizaría el blog
para un ejercicio después de clase: publicaré un artículo en mi blog, pido que
los alumnos hagan comentarios subjetivos al respecto, con el fin de que hagan
prácticas de la expresión subjetiva; además, que los alumnos se dividan en
grupos de 3 o 4 personas, que publique un artículo en Twitter encontrado en
Internet, en el que tengan que elegir dos oraciones de subjetividad y otras dos
de objetividad.
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