Durante una guardia, asistimos a una clase de 1º de FP
Básica, como bien sabemos no hay asignaturas sino módulos; nuestra asignatura
se sitúa en el módulo de “Comunicación y sociedad: Lengua castellana, lengua
extranjera, ciencias sociales y lengua cooficial”, este era impartido por un
compañero del departamento y dejó a mi tutora cuál era la tarea para ese día y
a esa hora.
La tarea era la siguiente: tenían que inventar un objeto o
app que mejorase la vida de las personas. Esto alumnos trabajaban con
ordenadores, era evidente que el soporte de papel les producía tal pereza que
los resultados serían nefastos, así que bajo el pretexto del uso de los
ordenadores y con conexión a internet, la motivación de este alumnado era
mayor. De este modo el ordenador era su herramienta en todas las asignaturas y
durante la tarea lo usarían. Se les pedía que hiciesen una presentación a la
clase, una reseña sobre ese objeto o app. Para ello debían buscar información
de carácter social, por ejemplo, si era una app sobre fotografía, cuántas
personas usan redes sociales cuántas personas están interesadas en la
fotografía, etc.; aportar imágenes que encontrasen y las retocasen para
acompañar a la descripción del invento.
Lo que se pretende es que usen adecuadamente la lengua de
cara a una situación comunicativa más o menos real y en vistas a ocupaciones
laborales. No obstante, siempre bajo la mirada atenta de la profesora, que va
de alumno en alumno preguntándoles sobre qué han pensado hacer, cómo lo enfocan
y revisando que los textos sean adecuados gramatical y ortográficamente, así
como de contenido, que no sea insuficiente.
No sé si los alumnos alcanzaron o no los objetivos de
aprendizaje, ya que fue durante una guardia y ya no volví más a esa aula. Lo
que sí que se notaba era una carencia importante de aptitudes comunicativas
escritas, es decir, para describir el objeto se quedaban con cuatro frases y
cuando les pedíamos que se esforzaran un poco más, que no era suficiente la
excusa era: “es que no sé explicarlo más cultamente”. Les hicimos entender que
no se trataba de un registro sino de marketing, de vender un producto y si
ellos consideraban que pagarían por un producto desconocido únicamente con una
descripción paupérrima; dimos en el clavo con el tema económico y varias
descripciones mejoraron sustancialmente. Entendieron que el lenguaje es
necesario no solo para comunicarnos sino también que tiene usos varios como
hacer de reclamo a un invento, un objeto novedoso que queremos impulsar en el
mercado pero que necesita de un texto que responda a unas preguntas clave para
el consumidor: qué es, cómo es, qué hace, cómo lo hace, en qué me beneficio y
por cuánto dinero.
En lo que a las dificultades respecta, ya he comentado que
eran textos excesivamente simples y que no decían nada, una descripción física
y poco más. Quizás se deba al grado de implicación que tiene este tipo de
alumnado de FP Básica, es la ley del mínimo esfuerzo, porque en realidad no se
niegan a hacer las tareas, su fallo está en no incidir demasiado, hacerlas lo
más rápido posible pero sin profundizar. Tienen, pues, una noción de la
responsabilidad pero un poco equivocada: las tareas se tienen que hacer y
presentar, estén bien o mal.
La
modificación que yo haría es el enfoque o planteamiento de la actividad. En
lugar de decirles: “hoy la tarea es que inventéis un objeto y lo describáis”,
sería considerable empezar por darles un rol: “hoy seréis inventores”. Es más
motivador. Seguidamente les diría que deben inventar un objeto o app que ellos
consideren que pueda ser necesario y se puedan forrar con él. El paso siguiente
es que investiguen sobre cómo podría incidir socialmente y a partir de esos
datos que le pongan un precio. Finalmente deben venderlo a la clase, para lo
que necesario una presentación con una descripción del invento, que
necesariamente debe responder a una serie de preguntas que le pueden interesar
al consumidor (sacaríamos las preguntas a partir de una lluvia de ideas entre
todos). El día de la presentación ya que cada uno decida si piensa que es un
buen invento y pagaría lo que piden por él.
El uso
básico que se ha hecho es el del ordenador e internet como herramienta para
trabajar toda la tarea. No vi el resultado pero sí varios de los programas que
usaron para editar las fotografías e incluso videos a modo de anuncio: Photoshop Express, PicsArt Photo Studio,
Video Rotate y Flipagram.
Carla Pastor Sanvictorino.
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